Miércoles, 07:00 p.m., Estación de Tren Linea Uno "La Cultura" (Av. Javier Prado cruce con Av. Aviación).
La estación de tren estaba en un absoluto caos: una multitud frenética corría y se empujaba desesperada por entrar. El cerco metálico, que supuestamente marcaba el camino, había sido retirado sin ninguna consideración. En medio de este desorden, ahí estaba yo, cuando de repente noté nerviosismo en varias personas. Miraban alrededor, como si estuvieran buscando algo o a alguien. Uno de ellos, al notar que lo observaba, me preguntó: "¿Saldo?". Respondí con un gesto de negación. Pero justo en ese momento, una joven unos pasos más adelante llamó al mismo individuo para pedirle saldo. Para quienes no están familiarizados, "saldo" se refiere al crédito restante en la tarjeta de viaje del tren Línea Uno. El revendedor, sin perder tiempo, le cobró 2 soles y le prometió que pasaría la tarjeta en el torniquete de control en cuanto recibiera el dinero. Hasta aquí, nada sorprendente; esto es una práctica común en las estaciones de Línea Uno. Sin embargo, lo que me dejó perplejo e indignado fue lo siguiente:
No contento con haber atrapado a una compradora, el sujeto detectó a otra persona en busca de saldo. Y como si eso no fuera suficiente, una tercera persona también le pidió el mismo "servicio". En menos de un minuto, este maestro del caos había formado una fila de tres clientes, a quienes colocó por delante de todos los que habían estado esperando pacientemente. Nadie dijo nada. Ni una sola queja. ¿Miedo? ¿Indiferencia? Quizás ambas. Y ahí, como si fuera un pasajero más, el revendedor regresó tranquilamente a la fila. ¿Qué tal les parece?
Ahora, revisemos algunos comentarios que he recopilado tanto en la estación como en las redes sociales acerca del caos y los revendedores:
Opinión 1: "La verdad, si no quieren que esas personas vendan saldo, pongan más máquinas. Las colas para recargar son interminables, ni hablar de entrar al tren. ¡Es un abuso!"
Respuesta: Línea Uno ha dedicado tiempo y esfuerzo a campañas de concientización, incluyendo animaciones y una canción con el lema "¡Recarga Inteligente!" para recordarnos que recargar con 10 soles o más ayuda a evitar largas colas.
Opinión 2: "¿Por qué no denuncian que no hay suficientes máquinas y que las colas son gigantescas?"
Respuesta: El problema está en la actitud de la gente. Aunque pongan 10 máquinas, las colas seguirán igual. Si se levantaran temprano, antes de las 7:00 a.m., notarían que el caos no existe. Pero claro, todos llegan tarde y quieren entrar rápido. Y ahí es donde entran los revendedores de saldo, los que guardan sitio a las amigas, y el caos generalizado.
Comentario 3: "Comprar saldo a los revendedores depende de cada uno. Nadie te obliga."
Respuesta: Claro, eres libre de elegir, pero sin perjudicar a los demás. Eso es lo que realmente significa la libertad.
Opinión 4: "Es una denuncia ridícula. Si vieran las colas para entrar a la estación, deberían preocuparse por agilizar el proceso."
Respuesta: Vive en una burbuja, no hay mucho más que decir.
Opinión 5: "Ridículo que les digan mafia a los revendedores. Tendrían que viajar en el tren para darse cuenta del caos."
Respuesta: Tienes razón, no es una mafia, pero sí es ilegal. El caos no justifica que tengamos que recurrir a estos "héroes" del saldo.
Opinión 6: "Esas personas ofrecen un servicio ante la falta de máquinas expendedoras y de cajas."
Respuesta: Estos revendedores han convertido la pereza y deshonestidad de algunos en su mina de oro. Y el resto sufre las consecuencias de un sistema que permite este tipo de comportamientos.
Opinión 7: "Si hay caos por las largas colas ¿Por qué no ponen más máquinas?"
Respuesta: Solo la administración de Línea Uno y sus dueños pueden determinar si es factible llevar a cabo dicha acción.
Opinión 8: "¿Por qué no hacen promociones? (recarga 20 soles y llévate 5 soles más). Eso sería educar al usuario."
Respuesta: Me parece una buena idea utilizar promociones para educar a los usuarios. De esta manera, se podría fomentar el hábito de recargar con anticipación en lugar de dejarlo para última hora.
Opinión 9: "¿Por qué nos acostumbramos a un servicio mediocre?"
Respuesta: No todos son conformistas; algunos de nosotros buscamos soluciones para mejorar el servicio. Queremos influir en las personas para que la calidad del servicio en Línea Uno aumente.
Opinión 10: "La solución es poner más puntos de recarga y educar a los usuarios sobre cómo usar el sistema."
Respuesta: Es una excelente idea. Según lo que leí en la web, pronto será posible recargar en agentes y farmacias, cuando comiencen a operar las 20 nuevas unidades en noviembre de 2017. (Ojalá se haga realidad). ¡Gracias al Ministerio de Transportes y Comunicaciones si esto se concreta!
Conclusión
¿Son los revendedores de saldo héroes o villanos? La respuesta es evidente: villanos. Ellos contribuyen al caos y, lo que es aún más grave, los verdaderos responsables son quienes recurren a sus servicios. Aunque algunos intenten justificar su comportamiento como una forma de ganarse la vida, muchos revendedores son simplemente oportunistas que explotan un sistema deficiente para obtener ingresos de manera rápida y sin mucho esfuerzo. Lo que debemos evitar es que este desorden atraiga más problemas, como enfrentamientos entre revendedores, conflictos entre pasajeros, largas esperas y tiempo perdido.
0 Comentarios